El ideal de que mediante el uso autónomo de la Razón el hombre sería capaz de liberarse de todos sus condicionamientos, lo expresa Kant en su escrito: ¿Qué es la Ilustración? Kant cree que la mayor parte de las personas no somos capaces de utilizar nuestra inteligencia sin la guía de otro: pero no porque nuestra inteligencia sea insuficiente, sino porque somos cobardes, y nos falta decisión para pensar con autonomía. Preferimos, en lugar de ello, tomar prestadas la inteligencia y la conciencia ajenas, dejar que otros – a quienes llama tutores – piensen por nosotros.
Es más fácil seguir la corriente, esconderse detrás de la autoridad, sumarse sin reflexionar a la “opinión común”, y evitar las críticas que siempre arrastra el tener pensamiento propio. Ser libres, comprender y elegir de acuerdo a criterios que hemos formado mediante nuestra propia reflexión, tiene la inconveniencia de hacernos responsables de nuestras opciones.
Es más fácil seguir la corriente, esconderse detrás de la autoridad, sumarse sin reflexionar a la “opinión común”, y evitar las críticas que siempre arrastra el tener pensamiento propio. Ser libres, comprender y elegir de acuerdo a criterios que hemos formado mediante nuestra propia reflexión, tiene la inconveniencia de hacernos responsables de nuestras opciones.
Ya pasaron más de 200 años desde que Kant nos lanzó ese desafiante ¡Sapere aude! (¡ Ten el valor de servirte de tu propia razón!), y seguramente la alerta sigue siendo vigente. De hecho, hoy día es muy frecuente escuchar a personas que se presentan a sí mismas como "formadoras de opinión"... Sigamos echando una mirada atenta y crítica a nuestro entorno, identifiquemos lo que nos entontece, lo que nos domestica, lo que nos anestesia la capacidad de reflexión, o al menos lo que forma nuestra opinión. Según Kant, inteligencia no nos falta, por lo cual parece que seguimos siendo culpables de nuestra incapacidad.
¿Qué podemos hacer? Echarle la culpa al sistema, encogernos de hombros y resignarnos. Quizás tomar un camino personal, tomar distancia del rebaño, aislarnos en un metro cuadrado de inteligencia. Pero si hiciéramos alguna de estas cosas, seguramente los tutores estarían más que satisfechos. Podemos, claro, pasarnos activamente a engrosar las filas de los tutores, sería menos frustrante. Pero cuando Kant pensaba en emancipación, no pensaba en términos de un individuo, ni siquiera de una sociedad, sino de la Humanidad toda.
En fin, si alguien tiene una idea, puede aportarla. Yo me voy a ver la tele.
¿Qué podemos hacer? Echarle la culpa al sistema, encogernos de hombros y resignarnos. Quizás tomar un camino personal, tomar distancia del rebaño, aislarnos en un metro cuadrado de inteligencia. Pero si hiciéramos alguna de estas cosas, seguramente los tutores estarían más que satisfechos. Podemos, claro, pasarnos activamente a engrosar las filas de los tutores, sería menos frustrante. Pero cuando Kant pensaba en emancipación, no pensaba en términos de un individuo, ni siquiera de una sociedad, sino de la Humanidad toda.
En fin, si alguien tiene una idea, puede aportarla. Yo me voy a ver la tele.

No hay comentarios:
Publicar un comentario