JEAN PAUL SARTRE: El existencialismo es un Humanismo.
Ed. Nagel, Paris, 1946
El libro desarrolla las ideas fundamentales expresadas en una conferencia en el “Club Maintenant” en la cual Sartre defiende sus posturas ante críticas numerosas y diversas de pensadores cristianos, marxistas, etc.
El hombre no ha sido pensado por un Dios creador, por lo que en él la existencia precede a la esencia. Se concibe a sí mismo después de que existe y se lanza al futuro como proyecto; el hombre no es otra cosa sino lo que él mismo se hace, es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente.
Como hacedor de sí mismo, el hombre es plenamente responsable de su existencia y en cada una de las elecciones que va haciendo se compromete a sí mismo y a la Humanidad toda ya que estas opciones repercuten necesariamente en los demás.
La responsabilidad de comprometer inevitablemente a toda la Humanidad en cada elección, lleva al hombre a un estado de angustia. Aquellos que intentan evadir esta responsabilidad refugiándose en excusas, obran de mala fe. Hace referencia a la Angustia de Abraham (Kierkegaard), quien recibió de un ángel la orden de matar a su propio hijo. Es Abraham quien decide interpretar esa voz como venida del supuesto ángel : no hay signos en el mundo. Cada hombre es enteramente responsable de atribuirle significados a signos que en sí mismos no existen.
No existe Dios, ni moral laica, ni moral universal fundada racionalmente, ni valores propuestos a priori: Dostoievsky dijo: “Si no existiera Dios, todo estaría permitido”. Y los existencialistas lo reafirman y de allí parten; el hombre está abandonado y no hay excusas ni valores ni órdenes que legitimen nuestras acciones: “el hombre está condenado a ser libre”.
¿En qué podemos confiar? Solamente en aquello que depende de nuestra voluntad y en el conjunto de probabilidades que nos permiten nuestras posibles acciones. La desesperación del hombre: actuamos pero sin ilusión y conscientes de que hacemos lo que podemos.
De acuerdo a Sartre, esta desesperación no implica un quietismo. Por lo contrario, el hombre concebido por el existencialismo sólo es posible en la acción. El hombre se realiza en la acción, es la suma de todo lo que ha hecho, de todos sus actos y emprendimientos.
El autor sostiene que el existencialismo es optimista ya que entiende que cada hombre se hace a sí mismo y tiene su propio destino en sus manos. No se nace de determinada manera sino que uno a través de sus actos se va haciendo a sí mismo; siempre existe una posibilidad de dejar de ser lo que se es para ser otra cosa.
© Filosoferos 2013
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