miércoles, 31 de julio de 2013

¿Despiertos o dormidos? Luchando contra Descartes.

Descartes, en las Meditaciones Metafísicas, se propone ir en búsqueda de algún conocimiento que esté más allá de la posibilidad de la duda. ¿Hay algo de lo que no pueda dudar, algo cuya certeza sea inobjetable? En su reflexión llega a afirmar que no hay criterio para distinguir de modo concluyente el sueño de la vigilia: 

¡Cuántas veces no me habrá ocurrido soñar , por la noche, que estaba aquí mismo, vestido, junto al fuego, estando en realidad desnudo y en la cama! En este momento estoy seguro de que yo miro este papel con los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no está soñolienta, de que alargo esta mano y la siento de propósito y con plena conciencia: lo que acaece en sueños no me resulta tan claro y distinto como todo esto. Pero, pensándolo mejor, recuerdo haber sido engañado, mientras dormía, por ilusiones semejantes. Y fijándome en este pensamiento, veo de un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia, que acabo atónito, y mi estupor es tal que casi puede persuadirme de que estoy durmiendo. (Descartes, Meditaciones Metafísicas, 1640) 

Podemos adherir a esta tesis y sentirnos igualmente embargados por el escepticismo. O, por lo contrario, mostrarnos reacios a aceptar una afirmación tan extrema que puede resultarnos absurda. Ahora bien, si intentamos desarticularla, ¿qué argumentos podemos ofrecer en su contra? 

Al respecto señala Joel (5º A): Muchos podrían afirmar que sabemos mediante los sentidos que nuestro cuerpo existe, diciendo que sentimos dolor, calor, frío, etc. ¿Pero por qué no podemos afirmar que no es más que un sueño? Muchos dirían porque cuando soñamos no sentimos ni dolor, ni frío, ni calor, ni nada; entonces ¿Por qué si en un sueño, por ejemplo, nos lastimamos, generalmente, actuamos como si fuera la realidad si teóricamente no nos duele? Probablemente, en ese momento, sí sentíamos que fuese una lastimadura real. Ahora, si en nuestros sueños podemos sentir o creer que sentimos ¿Cómo sabemos cuándo sentimos despiertos o soñando? No sabemos, lo que afirma lo que Descartes decía: no nos podemos confiar en los sentidos.

1 comentario:

  1. muy interesante el contenido de este muchacho proximo filosofo

    ResponderEliminar