jueves, 1 de enero de 2009

¿Estamos manipulados por la publicidad?

¿Estamos manipulados por la publicidad?
Por Matilde Mila y Rodrigo Sosa

Hay opiniones muy contradictorias sobre si estamos realmente manipulados o no por la publicidad a la hora de consumir. Nosotros decidimos investigar sobre este tema porque nos despierta interés. Creemos que es importante saber la forma en que la publicidad nos influye como consumidores. Sabemos que la publicidad es uno de los ejes más importantes para la venta de un producto y que para llevarla a cabo se utilizan métodos cuestionables.
Como el objetivo principal es imponer un producto algunas veces se hace con métodos agresivos y/o condicionantes- sin importar las consecuencias secundarias-, con una filosofía materialista que puede resultar perjudicial para el público. Creemos que es preocupante la cantidad de propagandas que utilizan la violencia o la discriminación (sobre todo para mostrar contrastes lindo- feo, o fashion- no fashion) para atraer la atención de los posibles clientes.
Existen quienes mantienen teorías radicales- “Bajo la influencia de la publicidad insistente y organizada (…), el hombre como consumidor, es degradado a la condición de objeto o cosa que se puede manipular, pasando por encima de su conciencia y su voluntad…-”
¿Pero cuáles son los efectos que verdaderamente tiene la publicidad sobre los consumidores? ¿Estamos tan extremamente manipulados por ésta que actuamos en forma inconsciente al consumir? ¿Cuáles podrían ser las soluciones para el problema de la publicidad desmedida?

Para comenzar a contestar estas preguntas, primero, lo más adecuado seria conocer el concepto de publicidad y diferenciar entre los conceptos de “influir” y “manipular”.
La publicidad es una técnica de la comunicación que busca incidir en el comportamiento de consumo de las personas (área comercial), esto se consigue provocando en los consumidores el deseo de comprar el producto tratando de llamar la atención y generando nuevas necesidades.
Para esto se utilizan diversas técnicas en publicidad (para llegar a captar las necesidades de las personas) que parten de estudios ligados a características generales de personalidad del público objetivo como pueden ser la búsqueda o necesidad de la seguridad en uno mismo, dotar al individuo de sensación de poder, aumento de la autoestima, entre otras cuestiones e intentar satisfacerlas a través de la posesión del objeto publicitado.
¿Cómo vender el producto? Para un anuncio hay que inventar un eslogan (frase breve). El anuncio necesita imágenes fijas (periódico, revistas) e imágenes en movimiento (tele, cine). Dentro de la imagen se puede analizar el color. Por ejemplo, con el blanco lo que se intenta es vender limpieza, luz. Se utiliza en muchos anuncios de productos de limpieza, ya que en este color se ven más las manchas. Además se trasmite la paz y la tranquilidad. ¿Habías notado esto? La producción de la publicidad requiere de más estudio del que generalmente se hace.
Pero, ¿la publicidad influye o manipula a las personas a la hora de consumir? “Influir” es cuando usamos medios creíbles para incidir en las personas a la hora de comprar un producto, elegir marca, etc. Manipulamos cuando incidimos a través de medios poco o nada legítimos, y en este caso no se busca ser escogidos por las personas cuando van a comprar, sino generar la necesidad de comprar, incitar a que compren aunque la persona no lo necesite en realidad.
Al influir sobre alguien usando medios positivos, se obtienen resultados favorables. Un ejemplo claro es la información, la “buena” publicidad presenta la información sobre bienes o servicios dando al posible consumidor la posibilidad de elegir. En cambio, cuando se recurre a la manipulación como técnica de poder y control, el resultado es que toda persona manipulada se sienta humillada, engañada o explotada (quedando la persona de rehén, cautiva del mensaje). Esta publicidad consiste en mensajes que no son honestos acerca de aspectos exagerados al mostrar el producto, su uso y que muchas veces nos manipulan sin ser totalmente concientes.
La mayoría de los consumidores se sienten simplemente influenciados y no manipulados por los efectos de la publicidad creyendo que son inmunes a éstos y manteniendo que son racionales al igual que concientes al consumir.
Hay una creencia general de que la publicidad se usa con el único fin de llamar la atención sobre un producto pero que los consumidores son totalmente libres a la hora de elegir, y que solo se ven influenciados según la capacidad persuasiva de la pieza publicitaria.
Sin embargo, nuestra postura ante las preguntas problemas y lo planteado en la introducción es que estamos manipulados, pero no totalmente, según la forma en que se use, en especial en lo que tiene que ver con publicidad en la televisión ya que tiene una repercusión masiva.
Usted podría estar pensando que tal como lo establece la metáfora “la televisión es una ventana abierta a la realidad” y simplemente una fuente de entretenimiento. Sin embargo hablar de ventana está denotando que hay una suposición de que la televisión y por ende la publicidad son transparentes, que muestran las cosas tal cual son y que son una entrada a la realidad. Siendo esto parcialmente falso ya que existe la llamada “publicidad engañosa” la cual tan centrada en atraer la atención del consumidor distorsiona y exagera las verdaderas cualidades del producto. Este tipo de engaños son notables en las publicidades de comidas, por ejemplo, donde son mostradas grandes porciones y se utilizan químicos para crear una imagen del producto más apetecible.
Asimismo hay una concepción estática de los consumidores y espectadores sin tener en cuenta que hay una emisión de ideas en la publicidad de la televisión (y en el resto de los medios) que las personas interpretan y se empapan de estas. Se podría pensar que la interpretación de la publicidad es racional y conciente generando que no ejerza ningún efecto sobre las personas. Sin embargo, las interpretaciones no están basadas plenamente en la lógica racional sino en la lógica emotiva, en el subconsciente y en la capacidad de transferencia así como de asociación.
Otro de nuestros argumentos que defienden la tesis de que estamos en ciertos aspectos manipulados es que hay algunas técnicas publicitarias que producen diversos efectos en las personas sin que se den cuenta. Existen varios tipos de publicidad entre los que se encuentra la llamada Publicidad Ilícita. La publicidad ilícita es toda publicidad que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución, especialmente en lo que se refiere a la infancia, la juventud y la mujer. Dentro de la publicidad ilícita se encuentra la publicidad desleal y la publicidad subliminal.
Es engañosa la publicidad que de cualquier manera, incluida su presentación, puede inducir a error a sus destinatarios, pudiendo afectar a su comportamiento económico, o ser capaz de perjudicar a un competidor. Es asimismo engañosa la publicidad que silencie datos fundamentales de los bienes, actividades o servicios cuando dicha omisión induzca a error de los destinatarios.
La publicidad desleal o comparativa es aquella que en general, perjudica a otras personas o empresas y, en especial, a los competidores. Este tipo de publicidad usa la burla y ridiculización de productos o marcas competidoras. La competencia desleal perjudica directamente a los consumidores de una manera concreta al generar confusión entre los productos y servicios de diversos empresarios, afectando a la libre decisión del consumidor que puede verse afectada por engaño, y de una manera genérica por distorsionar e impedir el correcto funcionamiento del sistema. Por ello, están prohibidas en la mayoría de los países. En Uruguay, por ejemplo, no existe este tipo de publicidad
La publicidad subliminal es la que mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre el público destinatario sin ser conscientemente percibida. Esta usa los famosos mensajes subliminales.
¿Qué son los mensajes subliminales? Un mensaje subliminal es una señal o mensaje diseñado para pasar por debajo (sub.) de los límites normales de percepción. Puede ser por ejemplo, inaudible para la mente consciente pero audible para la mente inconsciente o profunda; puede ser también una imagen transmitida de un modo tan breve que pase desapercibida por la mente consciente pero aun así, percibida inconscientemente.
En la vida cotidiana, a menudo se afirma que se emplean técnicas subliminales con propósitos publicitarios y de propaganda. Los mensajes subliminales a través de estímulos que apelan al sexo y a la muerte se provocan un impacto emocional pero más profundamente responden a los intereses de los manipulados consumidores con fines comerciales.
La publicidad subliminal nace de forma oficial en el año 1956 en Nueva Jersey cuando James Vicary intercaló dos fotogramas en una película, uno de ellos era un anuncio de Coca Cola y otro una foto de unas palomitas de maíz. Estos fotogramas, que eran imposibles de ver a simple vista provocaron un incremento en la venta de refrescos de Coca- Cola de un 18% y de un 58% en la venta de Pop. Si realmente esos dos fotogramas provocaran esos porcentajes, estamos frente a una enorme prueba de que podemos llegar a estar manipulados por la publicidad. A consecuencia de esto en 1958 en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia se prohibió el uso de los mensajes subliminales, y la ONU realizó una investigación y dijo que representaban una gran amenaza para los derechos humanos. A pesar de que está terminantemente prohibida, la publicidad subliminal se utiliza a diario ya que muchas veces es imposible determinar el margen entre la publicidad legal y subliminal.
Claramente estamos frente a un tipo de manipulación presente en la publicidad, porque se ve violada la libertad al pasar por encima de la conciencia y de la voluntad de las personas para transmitir estos mensajes imperceptibles. Somos engañados para cubrir los intereses de otros.
Existen otros efectos de la publicidad además de los ya establecidos, como puede ser la creación de estereotipos e ideales de belleza especialmente en la mujer donde predominan aquellas que son delgadas, altas y de delicadas facciones, incidiendo entre otros factores en trastornos como puede ser la anorexia o la bulimia. Otro tipo de publicidad es la que utiliza la violencia gratuita o palabras negativas. Hay anuncios que discriminan a la mujer por ejemplo aquellos que usan a la mujer como un extra del producto, como forma de llamar la atención, apareciendo también semidesnuda. Estos anuncios ofenden a las mujeres porque las limita al físico y a los hombres porque pone en cuestión su inteligencia.
Encontramos también otro efecto en los individuos y en el consumo causado por la publicidad; actualmente el consumo se ve extremamente ligado a lo llamado “notoriedad de marca” que es una manera en que la publicidad puede estimular la demanda de un tipo de producto en particular así como identificar como denominación propia a dicho producto. Un ejemplo claro de lo previamente establecido, es la cinta adhesiva que es comúnmente llamada cinta “Scotch” haciendo referencia a una marca en particular. Otro ejemplo es la denominación que se le hace a los zapatos deportivos en Uruguay, “Championes” que fue una de las primeras marcas de zapatos deportivos que llegaron al Uruguay en los años 30 o 40. De ejemplos como estos estamos plagados en la vida diaria.
Claramente como consumidores hay una preferencia hacia ciertas marcas dándole más relevancia a su reconocimiento que verdaderamente a lo que se tendría que dar: la calidad. Por ejemplo si se le da para elegir a alguien entre dos remeras iguales pero que una sea mas publicitada que otra y mas reconocida, la persona va a tender a elegir esta y muchas veces aunque el precio de esta sea superior al de la otra remera. Muchos avisos publicitarios tratando de no ser ilícitos hacen aclaraciones en letra pequeña que igualmente terminan confundiendo y son considerados también publicidad engañosa.
Otra clase de publicidad que nos engaña y maneja son los que promocionan productos adictivos así como avisos de cigarrillos los cuales adjudican propiedades falsas como por ejemplo la felicidad, el disfrute y lo que es peor están destinados a niños, jóvenes y adolescentes asegurando consumidores de por vida. Entonces, ¿debería estar regulada la publicidad?

En los párrafos anteriores expusimos varios de los efectos de la publicidad sobre el consumidor y por ende del consumismo y llegamos a la conclusión de que sí debería estar regulada. Podemos concluir que luego de indagar sobre el tema se puede distinguir entre aquella publicidad “buena” que influye pero también diferenciar de la que principalmente es usada que nos manipula por lo ya tratado. Pudimos encontrar soluciones al problema de la publicidad desmedida con contenidos desleales y perjudiciales. Si bien existen políticas de control en los distintos países adaptados según las diferentes constituciones, pensamos que aun existe publicidad que debería ser controlada por ejemplo aquella que es dirigida a los niños, que son personas las cuales todavía en cierta edad no saben elegir según sus intereses y pueden ser fácilmente controlados por la publicidad. También sería bueno aplicar control en avisos publicitarios que contienen imágenes perjudiciales y de productos adictivos, una posibilidad seria emitirlos luego del llamado “espacio de protección al menor” en el cual se filtran muchos de estos ejemplos. Además si bien ha habido un avance en lo que tiene que ver con una concientización del consumo de estos productos, por ejemplo de tabaco que las cajas de cigarrillos ahora contienen imágenes que muestran los verdaderos efectos de consumirlos, muchas de estas publicidades siguen contradiciéndose al adjudicar valores al producto que no posee. En resumen, lo importante además de que se creen este tipo de políticas de control destinadas al estudio del contenido (procurando que este sea leal, adecuado y honesto), que ya existen muchas, es que se haga un seguimiento haciendo así eficaz la aplicación de las políticas. Necesitamos cierta protección como consumidores y por eso creemos necesario que las personas aprendan reclamar sus derechos como consumidores así como concientizar a la sociedad sobre los métodos que utiliza la publicidad sobre nosotros.
Notas

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