jueves, 1 de enero de 2009

¿Existe una relación directa entre el consumismo y las clases sociales?

¿Existe una relación directa entre el consumismo y las clases sociales?
Por Joaquín Cristina y Santiago Triulzi

El ser humano consume desde su nacimiento con el fin de satisfacer sus necesidades básicas. Esta forma de consumo, en un primer momento esta destinada exclusivamente a este fin. Este tipo de consumo no es objeto de estudio sociológico, ya que se presenta en el ser humano como algo natural, es decir sin la intervención de factores sociales. Pero a medida que la persona crece y se desarrolla, a estas necesidades básicas se le suman necesidades nuevas de origen social. Esto implica una nueva necesidad de consumir alejada al fin de satisfacer las necesidades básicas del individuo, es decir que genera en la persona la necesidad de consumir por necesidades externas a su naturaleza.
Es por esto que elegimos esta pregunta centrándonos en este tipo de consumo, el consumismo, donde influyen mucho los factores sociales. Creemos que nos es de interés este problema, su relación con la vida diaria. Tenemos como objetivo analizar la relación entre el consumismo y las clases sociales, teniendo en cuenta cuáles de éstas son las que dirigen la sociedad de consumo y cuáles de éstas son sometidas a los prototipos de moda estipulados. Deseamos llegar a una conclusión, teniendo en cuenta elementos producto del consumismo que caracterizan a cada clase social y que funcionan como discriminantes para involucrar o no a un individuo a cierto nivel o sector social.

Primero comenzaremos a hablar sobre el concepto de clase social, y para esto trabajaremos a Thorstein Veblen, un economista nacido en Wisconsin, en el año 1857 y fallecido en San Francisco en 1929. Entendemos por clase social a la capa o nivel que se considera en la sociedad, al establecer relaciones de igualdad, superioridad o inferioridad, por la riqueza o por la categoría, entre unas personas y otras. Se habla normalmente de tres clases sociales: alta, media y baja.
Entendemos también por sistema de clases al sistema de estratificación de la sociedad contemporánea, caracterizado por ser un sistema relativamente abierto, donde la movilidad y la interacción social entre los estratos es libre y en el cual se valora más las posiciones alcanzadas que las asignadas.
Thorstein Veblen escribió en 1899 una de sus obras mas famosas llamada “La teoría de la clase ociosa”. Veblen dice que “en el proceso de la evolución cultural la aparición de una clase ociosa coincide con el comienzo de la propiedad”. Etimológicamente la palabra “ociosa” viene del latín “otium” que significa descanso, que se contrapone al trabajo. Y luego agrega algo que nos parece importante para el tema que vamos a desarrollar, el dice: “la diferenciación primera, de donde surgió la distinción entre una clase ociosa y otra trabajadora, es la que se produce en los estadios inferiores a la barbarie entre el trabajo del hombre y la mujer”(1) Es decir que está hablando del surgimiento del concepto de clase social, la cual surge en la etapa que Taylor-Morgan llamó, y que hoy conocemos por salvajismo.
Esta teoría desarrollada por Veblen intenta explicar el papel que desempeña la llamada “clase ociosa” y las consecuencias de su comportamiento en la vida moderna. Al hablar de una clase ociosa, estamos hablando de un grupo social que exento de la labor rutinaria, del trabajo. Este grupo es el que posee la propiedad suficiente como para no necesitar emplearse en tareas productivas sino en ocupaciones de ocio.
Como dice Adela Cortina (2) , al explicar la teoría de Veblen, hay dos “claves” (que nos parecen dignas de mencionar, porque nos ayudaron a entender dicha teoría), las cuales son el “ocio”, y el “afán de emulación”. Al referirse al ocio se refiere a algo necesario, algo que sin ello, no tenemos una vida digna de ser vivida, un requisito necesario. El afán de emulación, se refiere al de superar a los demás, ganando por consiguiente un estatus, creemos que esta última palabra es clave para el análisis de nuestra pregunta.
Luego Veblen sostiene que la clase ociosa se abstiene de los trabajos productivos, esos trabajos propios de aquellos que deben ganarse un sustento.
Cortina sostiene que el que pertenece a la “clase ociosa”, “adquiere un especial estatus en su sociedad”. ¿Pero que significa?¿Qué significa que el director de un banco tenga más estatus que el empleado que atiende en la ventanilla?.
Esto hace referencia a la posición social que ocupa un individuo y que los demás le reconocen, es un elemento básico en la estructura social, sinónimo de prestigio. El estatus es el valor de una persona por parte de un grupo o clase de personas, no como uno es o cree ser sino lo que los demás piensan que uno es.
La búsqueda de este estatus es uno de los factores que llevan al consumo, a la acumulación de bienes.(3) Veblen sostenía que el incremento de bienes no puede satisfacer el deseo de superar a los demás en la acumulación de bienes.
Coincidimos con lo que dice Adela Cortina. Como decíamos al principio, si consumiéramos para satisfacer nuestras necesidades, el bienestar, estaríamos frente a un consumo limitado, pero, estamos frente a una carrera por el estatus, frente a un consumo ilimitado. Esto suele relacionarse con el llamado efecto-demostración, seguramente, todos nos hemos cruzado con este fenómeno.
Vamos a poner un ejemplo para tratar de explicarlo: supongamos que nosotros somos una persona pobre (todo lo contrario a la clase ociosa que menciona Veblen) y poco a poco vemos como nuestro vecino se esta enriqueciendo, probablemente nosotros nos preguntaríamos si no podríamos salir adelante haciendo lo mismo que él, esto se llama efecto-demostración. Aunque no lo parezca, este sencillo fenómeno, es uno de los factores que impulsa el capitalismo, los países atrasados adoptan estrategias de sus vecinos que se están industrializando con rapidez. Este fenómeno es importante entre los diferentes tipos de consumo de las diferentes clases. Creemos nosotros, que las clases altas son las que pueden sostener este consumo ilimitado, son los que pueden desechar un producto cada pocos meses porque ya salio otro mejor.
Es como una carrera, pero que no tiene un ganador, ya que como dice Cortina “quien quiere ganar todas las carreras se asegura la insatisfacción permanente, porque es una meta inaccesible por definición”.(4) Podría ser posible ganar una de estas “carreras”, pero apenas acaba una, comienza la otra, porque ya ha salido algún producto nuevo. Las empresas pueden no crear puestos de trabajo y dejar insatisfechas necesidades básicas de la población, pero no pueden dejar de producir bienes y servicios nuevos.
Las clases altas son las que consume los bienes costosos, seguidas de las clases inferiores que se esfuerzan por alcanzarlos con el principal fin de ganar estatus, y por evitar los comentarios de los primeros. Es decir las clases más altas expresan su riqueza, con el consumo de bienes innecesarios. De esta forma, el consumo de bienes costosos y por lo general innecesarios se convierte en un símbolo de éxito social. La base de la autoestima y de la estima social.
En esto intervienen también los productores, que producen los bienes que la “clase ociosa” “necesita”, ya que las demás tendrán que comprarlos, porque esos productos son símbolos de prestigio, de estatus.
Pero por lo general nosotros, o la mayoría de nosotros no nos comparamos tanto con una “clase ociosa”, sino que nos comparamos con los de nuestra misma clase, la gente de nuestro entorno, los amigos, nuestros vecinos, etc. Las cuales se fragmentan en “estilos de vida”. Tomando las palabras de Chaney, “los estilos de vida son conjuntos de prácticas y actitudes que se expresan a través del modo de utilizar las cosas, y que son propios del mundo moderno”.(5) En nuestro caso a estudiar estas “cosas” serían los productos que consumimos, y que nos caracterizan y nos sitúan en un grupo y en un determinado momento. Muchas veces, consumimos determinados productos (estipulados por la clase social a la que pertenecemos), para que nos acepten dentro de un grupo social, que mantienen determinado estilo de vida.
Existen dos posibilidades:

Primer caso: aquellas personas de una clase social alta, que pretenden aparentar menos para asemejarse a un grupo social determinado (con un estilo de vida propio). Por ejemplo, gerentes de empresas que tienen un auto chico o barato para aparentar menos con sus empleados o pedir una rebaja a un proveedor.
El segundo caso: son aquellas personas que perteneciendo a una clase media-baja intentan (6) consumir productos característicos de de las clases sociales superiores.
Un ejemplo son los “planchas”, personas originalmente de clase social baja usan ropa de marcas prestigiosas por ejemplo Nike, Adidas, Puma.
Como opina Gabriel Kaplún en un estudio realizado por la Universidad de la República: “Un atractivo que hace que, como nunca antes muchos jóvenes de clase media busquen parecerse a los pobres. Mientras los pobres, a su vez, construyen su estética sobre fragmentos de la de los ricos, en un juego de espejos sociales que puede acabar por confundir…”.
Como se puede observar en dichos casos se intenta aparentar lo contrario de lo que uno naturalmente (7) consumiría.
Hay quienes piensan que este último caso, el sector mas bajo, consume aún más que los sectores económicamente más altos, es decir que aquellos menos deberían consumir son los que más lo hacen. Dentro de su opinión justifican que es así debido a que los sectores menos beneficiados de la sociedad consumista buscan a través del consumo un incremento de su autoestima.
Antes las clases sociales se diferenciaban más de acuerdo a lo que consumían. Hoy en día se asemejan más los productos que consumen los diferentes sectores de la sociedad. Por ejemplo, cuando fueron algunos alumnos de nuestro liceo a construir voluntariamente con “Un techo para mi país” se encontraron que personas extremadamente pobres pero que poseían diversos electrodomésticos semejantes a los que puede tener una persona de clase media-alta. Por ejemplo, TV, cable, equipo de audio, computadora, etc.

Nosotros opinamos que las formas de consumir están directamente relacionadas con los estilos de vida. Un ejemplo relacionado con la forma de consumir y los estilos de vida, es una anécdota de un monje franciscano, el cual tenia un estilo de vida austero, sencillo, pertenecía a una comunidad de monjes en la cual viven de lo que ellos mismos producen, consumiendo lo necesario.
En una oportunidad fue a un Shopping en una noche de descuento.
El veía como todas las personas corrían de un lado a otro, comentando “todo lo que habían podido comprar esa noche”, mientras que el se decía “ La cantidad de cosas a la venta que hay, pero que yo no necesito”. Nosotros creemos que la forma de consumo se educa, que aprendemos a consumir de una manera u otra según donde vivamos, aprendemos a consumir en nuestro entorno. Eso nos va dejando la posibilidad de elegir distintos caminos. Este monje seguramente fue educado para consumir lo básico. Esta posición, que mantiene este monje esta relacionada con el concepto de infraclase que veremos próximamente.
También es el caso de la cultura amish, la cual posee muchas restricciones como ser que no usan la electricidad ni el automóvil. Es decir viven como en el siglo XVIII. Estos dos ejemplos que pusimos, mantienen estilos de vida austeros.
Según lo que nosotros opinamos, podemos diferenciar dos sectores de la sociedad que se mantienen ligados de distintas formas al consumismo.
En primer lugar aquellas personas que pertenecen a una clase definida, que consumen para conservar su estatus dentro de esta y son modelo para las demás clases inferiores. Por otra parte están aquellos quienes no acceden a los bienes y servicios ofrecidos por el mercado. A este sector se le llama infraclase.
Nuestra postura luego de haber analizados varios autores y fuentes, teniendo en cuenta además, una opinión ya encaminada inicialmente al proponernos esta pregunta, es que si existe una relación entre el consumismo y la estratificación de la sociedad.

Nosotros pensamos que si todos consumiéramos únicamente para satisfacer nuestras necesidades básicas y biológicas, no existiría una organización social en clases, debido a que todos cubriríamos dichas necesidades y no intervendrían otros factores como los que mencionamos (afán de emulación, etc). Otro de los motivos por lo que creemos esto, es que según Bauman, existe una “infraclase”, la cual nunca es segmento de la publicidad, es una clase excluida, por lo cual podemos concluir que el consumismo discrimina según la clase social.
Nos quedamos, para terminar, con lo opinión del papa Benedicto XVI, quien insiste que el consumismo de los países ricos es una afrenta a la dignidad de los pueblos del tercer mundo.

Notas

1 Thorstein Veblen , “Teoría de la clase ociosa”, Pag. 53.
2 Cortina, A. “Por una ética de consumo”, Pag.68.
3 Cortina, A. Op.cit, Pag 69.
4 Cortina A. Op.cit.Pag 74.
5 Cortina A. Op.cit. Pag 95.
6 Usamos este verbo (“intentan”) para trasmitir la idea de que al dominar el mercado las clases superiores, económicamente, las clases bajas no siempre pueden consumir los productos que están “de moda”.
En su significado más amplio, la moda es un modo, uso o costumbre que está en auge por un tiempo determinado en un lugar como puede ser un país.
7 No nos referimos a la naturaleza biológica humana, sino a lo que consumiríamos por pertenecer a una clase social donde nacimos. Estamos hablando de factores sociales.

Bibliografía

Cortina, Adela. Por una ética de consumo, Cap. 2 y 3.
Kaplún, Gabriel -“Culturas locales de jóvenes globales” Universidad de la República (Uruguay).
Weber, Max – “Daños colaterales del consumismo”
Campliglia, Roberto Introducción a la Sociología, Montevideo, Ideas, 1994.
http://vlex.com/vid/clases-sociales-consumo-199491 - Para elegir la pregunta.
http://www.apuruguay.org/congresos/GKaplunCulturasLocalesJovenesGlobales.pdf -

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