Pasaje del escrito "El Pragmatismo", publicado por Vaz Ferreira en 1909, y que es el resultado de las versiones taquigráficas de las clases que acerca de este tema dictaba en Educación Secundaria. La fuente que considera como referencia para sus comentarios, el libro Pragmatism: A New Name for some Old Ways of Thinking, de William James, había sido publicado en Cambridge apenas dos años antes, en 1907.
Teoría
de la verdad
El concepto corriente de la verdad o de la
realidad – dicen los pragmatistas – es el concepto de algo inerte o pasivo. La
realidad existe, está, y nosotros la conocemos, o no la conocemos. La realidad
sería permanente y fija, sin perjuicio de que nuestro conocimiento de ella sea más o menos perfecto.
En cambio, según el pragmatismo, la verdad se va haciendo, ocurre, sobreviene, y
depende de nuestros hechos, de nuestras mismas creencias, en mayor o menor
grado. Nosotros contribuimos a hacer la verdad; y esto es, en resumen, lo que
sirve para relacionarse eficazmente con el mundo, lo que da éxito, lo que
conduce a resultados, lo que “trabaja”.
Aquí tenemos que entendernos.
No se trata de esa concepción corriente, que a
todos ustedes es familiar, según la cual pueden existir hipótesis falsas que
sean utilísimas. Este es un hecho vulgar. Todos sabemos que, en la historia de
las ciencias, una gran cantidad de hipótesis cuya falsedad se ha demostrado
después, han sido, sin embargo, sumamente útiles por los trabajos de comprobación
o crítica que han suscitado; por las experiencias que han sugerido; porque han
hecho, de una manera u otra, la educación de los sabios.; porque han dado
lugar, quizá, a descubrimientos que sin la hipótesis falsa no hubieran
sobrevenido. Los ejemplos son numerosos y harto conocidos. Pero no se trata de
eso. Se trata de algo mucho más grave, y esencialmente diferente: se trata de definir la verdad. La verdad SERÍA – ¡comprendan bien! – la eficacia de la doctrina. Una creencia
es verdadera cuando conduce a resultados; tomando esto, naturalmente, de una
manera muy amplia; y nuestro criterio para juzgar de la verdad o falsedad de
las doctrinas, debe consistir en desenvolver
sus consecuencias. Si ese desenvolvimiento es armónico, fácil, en lo psicológico;
y si, en lo exterior, en lo objetivo nos lleva a ensanchar o perfeccionar
nuestras relaciones con el universo (nuevos descubrimientos, hallazgos,
resultados), entonces la teoría es
verdadera. Y, por los efectos contrarios, se reconoce lo falso.
Ante una proposición dada, nuestra primera
pregunta, según los pragmatistas, debe ser ésta: “Si la doctrina fuera verdadera,
¿cuáles serían las consecuencias prácticas?”. Y el resultado de esta cuestión
nos suministra un criterio.
Vaz Ferreira, Carlos (1909) El
Pragmatismo. En Conocimiento y acción.
Colección Obras de Carlos Vaz Ferreira.
Homenaje de la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay. Montevideo,
1963. (pp. 86 – 88)
EL PRAGMATISMO DE LA VERDAD Y SU REFUTACIÓN
ResponderEliminarLa -a mi juicio- peligrosa teoría pragmatista de la verdad sostiene que una proposición es verdadera si funciona en la práctica, o sea, si su aplicación produce resultados útiles. De modo que es la utilidad la que proporciona el significado de la verdad. W. James lo decía de otro modo, más psicológico: "a falta de otra prueba, la respuesta que proporciona la mayor satisfacción emocional ES verdadera". Los pragmatistas reducen la idea de verdad a conveniencia. La verdad sería una especie de bondad. El pragmatismo es así un voluntarismo, un escepticismo individualista que pone el énfasis en la fuerza como capacidad de creer, aun sin razones para creer, un humanismo irracionalista, excelente para justificar el "democracia dentro, imperialismo fuera" que ha practicado USA durante el siglo XX.
Quien mejor conozco que refutase el pragmatismo de la verdad fue B. Russell en su ensayo "El pragmatismo" (*Ensayos filosóficos*, Alianza, Madrid, 1980). Afirma que los pragmatistas confunden el actuar sobre la base de una hipótesis con el creer en ella. El precepto de Russell es: "Debemos dar a toda proposición que consideramos tan aproximada como sea posible el grado de crédito que esté justificado por la probabilidad que procede de las pruebas que conocemos". También sostiene Russell que hay verdades de hecho anteriores a toda inducción y que hemos de dar por verdaderas independientemente de las consecuencias...
Su ensayo acaba con estas bellas palabras: "para los hombres que no consideran al hombre digno de culto, el universo pragmatista resultará estrecho y mezquino, será un mundo que quita vida a todo lo que da valor y que hace el hombre mismo más pequeño al privar al universo que contempla de todo su esplendor".
Un excelente blog. Saludos
Muchas gracias por sus aportes, José. Saludos para usted también.
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